Tanto fue el cántaro a la fuente que se acabó rompiendo. El agujero del déficit de tarifa, entendido como la diferencia entre los ingresos y los costes reconocidos al sistema eléctrico, llevaba desde el 2006 sin parar de crecer.
Tanto fue el cántaro a la fuente que se acabó rompiendo. El agujero del déficit de tarifa, entendido como la diferencia entre los ingresos y los costes reconocidos al sistema eléctrico, llevaba desde el 2006 sin parar de crecer.