Cada día somos más los que paseamos por la calle mientras hacemos uso de nuestro Smartphone. Muchos andamos hablando por WhatsApp, jugando con aplicaciones como Pokémon Go o siguiendo las indicaciones del GPS para llegar a nuestro destino. Sin embargo, eso conlleva que, a menudo, no prestemos atención a las señales y los semáforos.
En Alemania les llaman smombies (producto de juntar “Smartphone” y “zombie”), y son víctimas de sus propios descuidos como peatones y ciclistas.
En los últimos años han aumentado significativamente los atropellos provocados por distracciones al cruzar la calle debidas al teléfono móvil o a los auriculares. En muchas ciudades alemanas, además, el riesgo es mayor pues existen tranvías que circulan por dentro de las ciudades. Y han sido estos tranvías, extra de peligrosidad, los que han precipitado el cambio.
Dada la tendencia actual de dependencia al teléfono móvil e internet y con el fin de evitar accidentes, en la ciudad alemana de Augsburgo ya han tomado medidas; han decidido instalar semáforos en el suelo. Estos, actuando de igual forma con una señal luminosa roja cuando se prohíbe el paso, aunque en el suelo, advierten a aquellos que miran hacia la pantalla de su Smartphone.
Se trata de un cambio polémico que probablemente tengamos que ir adaptando los demás países y ciudades del mundo porque cada vez hay más gente “enganchada” al móvil y, por consiguiente, cada vez hay más accidentes debidos a este factor que, si bien queremos evitar, quizás tengamos que empezar por imitar a esta ciudad alemana.
Pero no siempre es malo andar mirando al suelo, y es que si adoptamos esta costumbre «smombie», es probable que en los próximos años veamos más que semáforos bajo nuestros pies. A día de hoy, ya se está viendo cómo convertir las calles y carreteras en placas fotovoltaicas. Con un material adecuado que haga que los paneles solares lo suficientemente resistentes como para soportar el peso de un camión, se podría aprovechar ese espacio que siempre está expuesto al sol para generar energía sin necesidad de ocupar hectáreas de parcela para ese fin.
Quién sabe, quizás la carretera solar y los semáforos en el suelo sean el futuro que pisaremos en los próximos años.
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