Una comunidad energética es una red de personas que comparten un interés común en la generación, distribución y/o uso de energía renovable. Estas comunidades se pueden formar a través de una variedad de proyectos, desde pequeñas iniciativas locales hasta grandes iniciativas de energía renovable. Estas comunidades tienen como objetivo mejorar el suministro de energía local, aumentar la eficiencia energética y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
Las comunidades energéticas pueden adoptar una variedad de enfoques para abordar estos objetivos. Algunas comunidades optan por un enfoque de autosuficiencia energética, donde los miembros de la comunidad generan su propia energía renovable para su uso diario. Esto se puede lograr a través de la instalación de paneles solares, eólicos, biomasa y/o equipos de energía hidráulica. Otras comunidades optan por un enfoque de compartir energía, donde los miembros comparten entre sí la energía generada por miembros individuales. Esto se puede hacer a través de la instalación de aparatos de almacenamiento de energía, como baterías, para almacenar la energía generada por los paneles solares.
De entre todas las opciones, destacan las comunidades energéticas con autoconsumo o placas solares, que se caracterizan por su bajo coste y facilidad de implementación, lo que la hace ideal para comunidades rurales o remotas. Esta comunidad energética se basa en la instalación de paneles solares fotovoltaicos para producir electricidad y compartida entre los miembros de la comunidad. Esta electricidad se puede utilizar para consumir en los hogares: alimentar dispositivos electrónicos, equipos de iluminación, equipos de refrigeración, calefacción, etc. Además, la electricidad generada puede ser almacenada en baterías o incluso vendida a la red eléctrica local para generar un ahorro adicional. Esta forma de producción energética es sostenible, limpia y eficiente, y puede ser una forma eficaz de reducir el coste de la electricidad para comunidades remotas.
Las comunidades energéticas también pueden desarrollar proyectos para mejorar la eficiencia energética. Esto puede incluir la mejora de la insolación de los edificios, la instalación de equipos de ahorro de energía y la adopción de prácticas de consumo de energía eficiente. Estas iniciativas a menudo se pueden apoyar con subvenciones y financiación externa.
Además, muchas comunidades energéticas tienen como objetivo reducir la dependencia de los combustibles fósiles, a través de la promoción de la generación de energía renovable. Esto se puede lograr a través de la adopción de medidas como la mejora de la eficiencia energética, la instalación de pequeñas centrales eléctricas, la reducción del consumo de combustibles fósiles y la promoción de la movilidad sostenible.
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